miércoles, 25 de marzo de 2009

La letra con sangre entra

La decisión de desalojo de los “antiBolonia” de la Universitat de Barcelona por parte del rector tuvo consecuencias. Los alumnos se manifestaron improvisadamente lo que derivó en un enfrentamiento con los Mossos d’Esquadra similar a una batalla campal en la que salieron heridos seis estudiantes, 11 Mossos y varios periodistas. Los sindicatos de estudiantes consideran “desproporcionada” la actuación mientras que el Conseller d’Interior, Joan Saura, ha mostrado su conformidad con el cuerpo de seguridad.

Los sindicatos de los Mossos alegan que actuaron “en cumplimiento de una orden judicial” y sobre la intervención aludieron que una “pequeña minoría que no puede hacer valer sus razones para secuestrar a centenares de personas cortando vías, ocupando edificios públicos o privados o atacar bienes ajenos” también hablan de “el lanzamiento de objetos contundentes a los agentes”. Por ello entienden que su actuación fue proporcionada.

Según el Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans, el Rector no tuvo motivos para ordenar el desalojo ya que el encierro se desarrollaba con “una actitud pacífica e integradora”. Las Juventudes de ERC rechazan "el uso de la violencia como método para la solución de conflictos" y reclaman responsabilidades políticas. También la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona han denunciado la violencia extrema utilizada.

En una sociedad democrática, el ataque al derecho de la información provoca ríos de tinta. La reacción tan violenta de las fuerzas del orden es de por sí vergonzosa frente a unos estudiantes indefensos que se manifestaban de forma pacífica haciendo valer sus derechos. Ante esta actuación reprobable de un cuerpo policial, ya criticado anteriormente por su uso injustificado de la fuerza, el instinto dice claramente qué partido tomar.