domingo, 31 de agosto de 2008

Tarde de domingo rara...



Las tardes de los domingos siempre son nostálgicas, pesadas. No se sabe demasiado por qué. Puede ser por el lunes cercano, pero no entiendo esa animadversión hacia los lunes tan generalizada.

A mí me gustan. Seré una excepción.

Ayer en la 1 de TVE (a punto de morir justo antes de renovarse) se emitió un video de los becarios que hemos pasado 2 meses trabajando con ellos, fue un detallazo, sobre todo por la insistencia de una persona locuela que se esforzó porque se cumpliera esa tontería que me/nos hacía ilusión.
Sólo puedo decir GRACIAS, MUCHAS GRACIAS.

Lunes, mañana es lunes, quizás sepa algo de mi futuro casi inmediato y condicione la prueba de ese maldito miércoles. ¿Quién sabe? Habrá que esperar.

La verdad que hoy es un día un poco raro, más que nada porque oficialmente es día 31, aunque para mí acabó el verano el viernes, cosas inexplicables.
Estoy como un limbo. Anoche salí con una amiga, fue muy light a pesar de que volvimos a las 3 de la mañana. Me sentí con ella como en los viejos tiempos, cercana, cómplice. Todo lo contrario a este último año. Me imagino las razones, pero son tan tontas e infantiles que no las pondré aquí.
Simplemente me alegraré de haberla recuperado y espero que nos vayamos acercando más y más. Hasta llegar a como siempre he deseado que fuera nuestra amistad.

Lunes, mañana es lunes. Vuelta al pasado con viento de futuro que resopla en mi rostro...

viernes, 29 de agosto de 2008

Epílogo y Prefacio

Tener un blog está bien, o al menos, eso dicen. Así que aquí estoy.
El título de este post se refiere a principios y finales. A caminos que terminaron en la meta y otros que se abren hasta el horizonte. Todo me entristece, hoy viernes es como si hubiera acabado el verano, adiós agosto, a pesar de no ser día 31, se ha terminado. Este fin de semana será como un vacío, no hay nada de lo anterior y lo nuevo aún no ha empezado.

Hoy me despedí de unos compañeros de trabajo geniales, he conocido a mucha gente maravillosa y otros que han demostrado estar a años luz, así que los alejaré virtualmente. A los demás, hasta siempre, sabéis que os echaré de menos. Habría sido un maravilloso final si hubieran emitido como despedida nuestra pieza, pero no todos los sueños se cumplen, aunque en mi fuero interno así lo desee.

El verano acabó, los cielos vuelven a cubrirse lentamente de nubes, y se irán las estrellas y las risas nocturnas. Este fue un buen año, por lo menos sirvió para cambiar aunque sigo sin encontrarme a mí misma. Quizás, paseando un día por el centro de la ciudad, al girar una esquina, me choque con esa persona que en realidad soy pero aún no he descubierto.

Veremos que depara el futuro, y el más inmediato de momento es que se acaba un ciclo, aunque no completamente, el lunes vuelvo a donde empecé este verano, todo puede suceder, puede salir bien o mal...
No, no me atrevo a presentarme a ese examen, tengo miedo, mucho miedo, pero no a suspenderlo, sino aprobarlo, eso es lo que temo: que cambie mi vida y darme cuenta de que soy una decepción para mí misma.
No. No quiero comprobarlo, simplemente, lo dejaré pasar. Aunque sé que me arrepentiré después, pero no quiero conocer ese sentimiento que agarra el corazón y lo exprime poco a poco.

Sí, la decepción. Esa sensación que te pudre por dentro. Simplemente seguiré como hasta ahora, sin conocerme.