martes, 7 de abril de 2009

Lina Morgan... Freeman

Tantas cosas pasan de un día para otro que da pereza ponerlas por escrito, pero hay que vencer ese pecado capital (sí, estamos en Semana Santa y aunque te niegues, algo afecta siempre).

Así que empecemos, estuve este fin de semana en Mérida con dos amigos de la universidad, (chicho y chica, mal pensados), íbamos en PichiCar y el viaje de ida fue una locura continua, no parábamos de bailar... hasta hicimos un videoclip de una canción garrapatera, pero nos reímos muchísimo.

Avgvsta Emerita me encantó, la imaginaba más grande, pero aún así sorprende, la verdad. Sobre todo, impresionante el teatro y anfiteatro, tenemos muchos que aprender de nuestros antepasados: sabían de todo y hacían unas construcciones perfectas en todos los sentidos. Los romanos eran geniales (cuando conozca Egipto, compararé).

En resumen, un finde genial y eso que el viaje de vuelta se hizo un poco más largo a pesar de la visita a Trujillo, un pueblo construido cuesta arriba, eso sí, menuda plaza que tenían... ¡preciosa!

Y ayer lunes, tocaba de nuevo viaje en coche, era hora de llevar a mis abuelos a Villarejo del Espartal, Cuenca, con parada (y fonda) en Tarancón de ni más ni menos de ¡una hora y pico!
Y todo para comprar kilos y kilos de carne: para freir, hacer chorizos (qué asco de tripas), etc...

Llegamos al pueblo a la hora de comer, y eso hicimos. Dí una vuelta con mi abuela por el pueblo, está un poco cambiado, pero la esencia seguía intacta, la única que había cambiado era yo y quedó patente en que la gente casi no me reconocía. Unos 7 años sin pasar por allí, la rueda del tiempo sigue girando.

Hoy, vagueando, ¿para qué hacer nada? Jejeje, esta tarde al teatro con S, a ver qué me cuenta, seguro que sigue rallada, pero bueno, es ley de vida.

Ains, el Valle Inclán, escenario de tantas experiencias, actuaciones, obras, risas, sueños, discusiones, bailes... Cuánto lo voy a extrañar... ¡y a vosotras más aún, aunque no me creáis!

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